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Juza Unno
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Primeros años y educación
Su nombre real es Shōichi Sano. Juza Unno Nació el 26 de diciembre de 1987 en la prefectura de Tokushima. Proviene de una familia de doctores, pero él se graduó de ingeniería eléctrica. Aunque no destacó por haber ejercido su profesión, siempre fue un apasionado de la ciencia y la tecnología.
Inicio de Juza Unno en la ciencia ficción
Shōichi debutó como escritor en la revista Shinseinen en abril de 1928 con su obra Denkifuro no Kaishi Jiken (El caso de la misteriosa muerte en la bañera eléctrica). Debutó con un pseudónimo: 海野 十三, que puede pronunciarse Juza Unno o Juzo Unno. El joven Unno, además de la polémica sobre cómo pronunciar su pseudónimo, publicó también bajo dos o tres seudónimos adicionales, complicando el seguimiento de su obra.
Se le conoce como uno de los precursores de la ciencia ficción en Japón. Unno integraba en sus textos su conocimiento científico, a veces impreciso. En esa época, la ciencia ficción era considerada un género juvenil, pero con tramas de asesinatos y personajes oscuros, Unno elevó el género para el público adulto japonés. Así comenzó una tradición en la ciencia ficción japonesa que mezcla misterio con fantasía tecnológica.
Guerra y cambio de perspectiva
Las obras de Juza Unno frecuentemente abordaban la necesidad del desarrollo tecnológico, no solo en Japón sino en el mundo, ante las diferencias de poder con otras potencias, mundiales e intergalácticas. Durante la primera parte de su carrera, fue un entusiasta del desarrollo tecnológico bélico, aunque siempre alertaba sobre los peligros de los regímenes totalitarios. Su labor como funcionario público lo llevó a trabajar con la Marina japonesa como escritor de propaganda durante la Segunda Guerra Mundial. En este período, su belicismo se intensificó con los ideales expansionistas del Japón imperial.
Sin embargo, después de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, su vida tomó un rumbo inesperado. El antes admirador de Nikola Tesla y fiel servidor del Imperio japonés se convirtió en un escéptico de la tecnología y un desencantado de la vida. Tras la rendición de Japón, consideró el suicidio ritual con su familia. Superando esta idea, decidió dedicar sus historias a un público más joven, siempre advirtiendo sobre los peligros de la tecnología.
El legado de Juza Unno
Unno falleció el 17 de mayo de 1949, debido a una tuberculosis adquirida durante la guerra. Su funeral fue presidido por su amigo y famoso escritor de misterio, Edogawa Ranpo. Esperaba que Ikujirō Ran fuese su sucesor, pero tras la muerte prematura de Ran, depositó sus esperanzas en quien sería el futuro de la ciencia ficción japonesa: Osamu Tezuka.
Vida personal y muerte
Shōichi Unno, a través de sus experiencias personales y profesionales, reflejó un profundo compromiso con la exploración de la ciencia y la tecnología, así como las implicaciones éticas y sociales de su desarrollo. Su legado perdura como un testimonio del poder de la narrativa en la formación de la conciencia cultural y científica.
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